Después de haber sido
alcaldesa de Alejandría entre 1998 y 2000, un período de alta confrontación y
cargado de tragedias, Orfa Nelly Henao Giraldo regresó a dirigir la
administración municipal en el año 2004. Esa vez tuvo un ambiente de
tranquilidad, muy diferente al anterior.
Por Dayana Villegas
Montoya
“Yo me volví a presentar a la alcaldía para el período 2004-2007 porque
cuando a uno le gusta lo social, trabajar con las comunidades es muy rico y
sentí que en la primera administración no habíamos podido. Quise volver como a
cumplir todos los sueños. Pero no tanto fui yo: nunca pensé volver, fue la
gente la que me lo pidió.
Aunque me cuestionaba regresar debido a que en esa administración la
oposición hacía mucho daño, decía que los alcaldes fuimos los que llevamos a
los paracos a los pueblos. Yo pensaba:
¿volver a una alcaldía cuando supuestamente la gente piensa eso?
No hice campaña porque estaba estudiando y no tuve tiempo. Fui a una
vereda y eso porque queda ahí cerquita, a diez minutos del pueblo. De lo
contrario, yo iba cada ocho días los sábados y me reunía con la gente y ya, eso
fue todo.
Ya había bajado la violencia. Con la subida de Álvaro Uribe a la Presidencia
de la República en el 2002 el tema de la seguridad se controló. Eso se inundó
de Ejército todo ese Oriente de Antioquia y vino la tranquilidad. La verdad es que
ese período 2004-2007 se trabajó con mucha serenidad, podría decir que no
teníamos dificultad para salir a todos lados.
Obviamente yo le ayudé a la gente a regresar: retornaron muchos, pero no
tantos porque habían salido demasiadas personas. Después del período mío
han vuelto más porque llegó la Ley de Víctimas que los ha apoyado con recursos".
La gestión realizada
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Orfa Nelly Henao Giraldo
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“El logro más grande de mi gobierno fue hacer un fortalecimiento institucional
e involucrar a las comunidades, hacerles saber que son actores de su propio
desarrollo. Las acciones comunales se organizaron mucho, se les dio
exageradamente participación, se valoró más la gente, se incluyó a todo mundo
en los proyectos.
Algo que a mí me dejó satisfecha era que nosotros nunca cogíamos a esta
vereda “si” porque nos apoyó y a esta “no” porque era de la oposición, sino que
incluíamos a todos por igual en los programas. Yo
quería mucho que ellos aprendieran de todo este tema político, que no se
dejaran manipular ni influenciar, pero el tiempo a uno no le da, así uno
quiera.
Priorizamos las necesidades más urgentes de todos. Creo que se hizo un
trabajo donde se logró ayudar a la gente más necesitada e involucrar a la gente
en el tema político, en el sentido de desarrollo. También logramos potabilizar
el agua del municipio.
Lo que yo no pude hacer y quise fue terminar el balneario: yo lo empecé,
no lo logre terminar, pero por lo menos dejé todos los diseños hechos e hice
las piscinas de ese lugar”.
Lo que sigue faltando
“En lo que no se ha podido avanzar es en el tema de las vías. Un municipio que no tiene la carretera pavimentada es un municipio que realmente no tiene un desarrollo normal porque ese hecho lo hace ser aislado.
Hoy, desde la Asamblea Departamental, ya logramos sacar adelante un
proyecto donde ya se están haciendo los estudios, pero es un tema que uno sabe
que es a largo plazo.
Actualmente la gente está muy tranquila y segura, ya no tiene tantos
temores, tiene más capacidad. No son personas aisladas que uno diga: vea, ese
campesino se deja manipular… no. De eso sí me siento muy orgullosa, que la gente
hoy sea tan participativa; eso era lo que nosotros pretendíamos, que ellos
fueran los que hicieran las propuestas. El municipio en eso ha avanzado
mucho”.
Testimonio entregado en junio de 2014
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